Más allá del currículum, hay un conjunto de características que las empresas en España valoran cada vez más. En un entorno globalizado, digital y competitivo, el trabajador ideal es mucho más que un profesional técnico: es un agente de cambio, capaz de adaptarse y contribuir al crecimiento.
¿Qué buscan hoy las empresas españolas?
- Capacidad de adaptación. El mercado cambia, y quien no se adapta, se queda atrás.
- Proactividad. Se valora a quien propone, no solo a quien ejecuta.
- Habilidades interpersonales. La comunicación, empatía y colaboración son clave para el trabajo en equipo.
- Mentalidad digital. Aunque no todos sean técnicos, el dominio de herramientas digitales ya no es opcional.
- Orientación a resultados. No importa solo el esfuerzo, sino el impacto.
- Compromiso y responsabilidad. Aún se valora mucho la lealtad y la implicación a largo plazo.
El factor diferencial: la actitud
Las empresas coinciden en que la actitud puede superar incluso la falta de experiencia. Un candidato con ganas de aprender, que encaje con los valores de la organización y demuestre capacidad de superación, puede marcar la diferencia.
¿Cómo identificar ese perfil en el proceso de selección?
- Diseñar entrevistas por competencias.
- Evaluar casos prácticos reales.
- Pedir referencias enfocadas en habilidades blandas.
- Medir la motivación y el nivel de implicación del candidato.
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